Los edificios de baños públicos o subestaciones eléctricas casi nunca destacan por su belleza arquitectónica. Pero hay excepciones: las estructuras públicas de Amsterdam transformadas por el diseñador holandés Roeland Otten. A través del uso de fotografías en alta resolución o mosaicos que recrean el entorno del barrio, estas estructuras desaparecen y los transeúntes no notan su presencia... hasta que se vuelven una atracción en sí mismas.
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Tomando los mismos puntos de vista a los que se orientan, cada fachada se reviste -a través de diferentes técnicas- de una imagen cotidiana del barrio que lo rodea, incluyendo casas, vegetación y autos estacionados.
La intención de Otten de embellecer su ciudad fue tomando formas más artísticas, pixeleando el entorno o abstrayendo las imagenes del paisaje urbano a simples colores planos.
Su obra es sencilla y de bajo costo, creando instalaciones públicas ingeniosas que además de camuflar la infraestructura poco agradable a la vista de la ciudad, se han ido transformando en atractivos hitos urbanos para visitar y admirar.
Puedes ver más del trabajo de Roeland Otten en el siguiente link.
Vía Good